A medida que vamos conociendo los diferentes casos de grupos o personas que con una mínima inversión lograron convertirse en ciudadanos millonarios, seguramente nos preguntamos cuál será en definitiva el secreto que los envuelve para haber logrado su cometido con creces.
En realidad, lo cierto es que se trata de un conjunto de factores que fueron determinantes para que algunos pequeños emprendimientos se convirtieran en empresas millonarias y multinacionales. Por un lado, el talento y la gran visión de sus fundadores, y por otro por supuesto una pizca importante de suerte. Quizás esa sea la receta.
Es probable que este haya sido el caso de la Familia Benetton, que comenzó a edificar los cimientos de su imperio con una inversión realmente irrisoria, y que en la actualidad cada uno de los integrantes del clan cuenta con una fortuna personal valuada entre los 2000 y 3000 millones de dólares.
Como en tantas otras historias que ya se han convertido en verdaderos mitos del mundo de los negocios, el nacimiento de la compañía Benetton tiene su origen en un personaje principal, encarnado por un joven emprendedor dispuesto a conquistar el mundo.
En este caso su nombre es Luciano Benetton, el mayor de cuatro hermanos, quien en el año 1955, cuando recién había cumplido sus 20 años, se encontró frente a lo que podríamos llamar una revelación.
Según relata la historia, por aquella época Luciano trabajaba de vendedor en la ciudad italiana de Treviso, y como gran observador, una tarde durante el camino de regreso a su casa en la región de Veneto, se dio cuenta que durante el invierno los habitantes de aquella localidad solían vestirse con ropa muy colorida, posiblemente como método para contrarrestar el frío.
Su idea se basó en aquella observación, y seguro de poder conquistar el mundo con su emprendimiento, inmediatamente Luciano decidió vender su bicicleta y con el dinero adquirir una vieja tejedora de segunda mano, con la cual fabricarían sweaters de colores llamativos para vender en la región.
La ecuación formulada por Luciano incluía a su pequeña hermana Giuliana que poseía una gran habilidad para el tejido, y por supuesto también se incluían en el proyecto el resto de los hermanos Benetton, ya que la idea era fundar una pequeña empresa familiar.
En este punto es importante destacar que la vida para los hermanos Benetton, hasta el momento, había sido realmente dura, ya que quedaron huérfanos de padre cuando aún eran muy pequeños, en el caso de Luciano, cuando su padre falleció, sólo tenía 10 años. Debido a esta situación, todos los hijos Benetton debieron comenzar a trabajar muy duro para mantener a la familia.
En este contexto, Luciano hizo todo lo que estaba a su alcance, debido a que era el mayor de los hermanos, por lo que casi toda la responsabilidad recaía en él. Por ello, se desenvolvió en distintos ámbitos, incluso llegó a ser vendedor de periódicos, hasta que consiguió un trabajo estable en una tienda de ropa en el centro de Treviso, momento en el que comenzó a relacionarse con la industria textil.
En una oportunidad, Luciano Benetton recordó al respecto: "La moda de entonces me parecía toda gris y triste y luego, los productos de los años cincuenta y sesenta eran costosos, demasiado tradicionales y estaban mal expuestos en los escaparates. Y los colores, todos sobrios y serios, sobre todo para los jóvenes".
Así fue que partiendo de una idea revolucionaria, Luciano Benetton y sus hermanos lograron conquistar al mundo con sus colores, imponiendo una nueva manera de vestir, sobre todo para los más jóvenes.
Por supuesto, como en cualquier emprendimiento nacido de una mínima inversión, los primeros tiempos fueron realmente duros, lo que en ningún momento desalentó el ímpetu de las ansias de triunfo de los hermanos.
Con el transcurso del tiempo las cosas mejoraron, tal es así que a los nueve meses del inicio de la actividad, la pequeña empresa artesanal ya contaba con un pequeño grupo de obreros contratados. Algunos años después, precisamente en 1965, la familia Benetton logró inaugurar la primera fábrica propia en la región de Ponzacco Veneto, cercana a Treviso.
La flamante fábrica fue también un gran desafío en relación a la maquinaria de trabajo utilizada, ya que implementaron nuevas y revolucionarias tecnologías, con máquinas de tejer que funcionaban con computadoras, con lo que se agregó la incorporación de técnicos de planta.
No obstante, la principal innovación que introdujo Benetton al mercado de los textiles se centró en los colores de sus prendas, ya que la técnica que utilizó la fábrica desde sus comienzos fue la de producir la ropa en lana o algodón crudos, que luego pasarían a una segunda etapa en la que se realizaba el teñido de los productos ya terminados.
Si bien actualmente Benetton se ha convertido en una de la marcas por excelencia del ámbito del prét-á-porter a nivel mundial, lo cierto es que en sus comienzos la mayoría de las tienda y cadenas de almacenes dedicados a la ropa se reusaban a introducir a través de sus escaparates los nuevos e innovadores productos de la flamante empresa.
Pero los Benetton no se desanimaron, y nuevamente Luciano tuvo una idea magnífica. En el año 1968, decidió arriesgar todo lo que tenían y aventurarse a inaugurar el primer punto de venta exclusivo de la marca Benetton, el cual fue abierto en la ciudad de Belluno.
A partir de allí, y luego de lograr un éxito inesperado, la familia Benetton comenzó a comercializar la marca primero a nivel nacional, y luego internacional, proporcionando franquicias de la firma que incluía no sólo los productos, sino también el logotipo, el mobiliario, la publicidad y todo lo necesario para montar nuevos negocios. Obviamente, a cambio los comerciantes debían permanecer fieles en exclusividad a Benetton.
Esta iniciativa los condujo al éxito inmediato, ya que fueron el primer gran grupo italiano que pensó en las franquicias como medio de desarrollo de una compañía, y las cifras demostraron el crecimiento. Tengamos en cuenta que tan sólo en el año 1986 fueron abiertos 800 puntos de venta exclusivos de Benetton.
Te invitamos a leer el artículo titulado "La Familia Benetton y sus mil y un negocios" para conocer más acerca de la apasionante historia de este clan italiano dedicado a la industria textil.
Nota de Graciela Marker Para Planeta Sedna
Fuente Consultada: Los Amos del Mundo de Sabrina Cohen y Paolo Ligammari
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