La masacre de Río Limay

Foto del juicio (Crédito: Diagonales)
A las 8 de la noche del 14 de noviembre de 1998 todavía quedaba un hilo de luz en la zona conocida como Colonia Valentina Sur, sobre la costa del río Limay. Un par de chicos estaban dentro del río y otros tres tomaban mate en la orilla, al lado de un pequeño fogón. Vieron acercarse por la playa de canto rodado a un hombre que por su andar parecía que había bebido. Era Julio Aquines, de 25 años. Enseguida los prepoteó: “¡Qué están haciendo acá?… Acá no pueden estar porque es propiedad privada!”. Los que estaban en el agua salieron. “Ya nos vamos…”, le dijeron en voz baja. “¡Ahora no se van nada!”, le respondió Julio. Sacó una pistola de juguete que llevaba en la cintura y le pegó una trompada a Cayetano Correa, que tenía 17 años. Los dos más chicos, de 11, se largaron a llorar. Aquines los obligó a los cinco a caminar un kilómetro por la orilla del Limay en dirección a Cipolletti. 

De golpe les ordenó que se detengan. Obligó a cuatro de ellos a tirarse al piso boca abajo y eligió a uno de los más chicos, Carlos Urrúa, de ayudante. Le ordenó que les saque a los demás las zapatillas y los cordones. El propio Aquines los ató con los cordones. Entonces le dijo a Urrúa que se tire él también al piso. Lo apuñaló 11 veces en la espalda. Fue donde estaba Claudio Painebilú, el otro nene de 11 años, y también lo apuñaló por detrás. A los tres más grandes, Carlos Trafipán, de 16, y los hermanos César y Cayetano Correa, de 14 y 17, les dio puntazos en la nuca y los degolló. Uno de ellos fue violado. A los tres los tapó con una frazada que los mismos chicos habían llevado, los cubrió con ramas y les prendió fuego. Los hermanos Correa se quemaron aún con vida. Carlos Trafipán ya estaba muerto por una puñalada en la cervical. A los dos nenes de 11 años que atacó primero los creyó muertos pero no lo estaban. Cuando Aquines se fue, los chicos pudieron llegar, un poco caminando un poco a la rastra, a la ciudad. 

Aquines volvió a su casa y se fue a bailar con su novia hasta la madrugada. La Policía lo estaba esperando a su regreso, ya el 15 de noviembre. Los dos sobrevivientes lo habían identificado y él había dejado huellas por todos lados. Hasta en el juicio que se realizó se debatió la posibilidad de que el propio Aquines haya querido que lo atrapen. Los psiquiatras forenses concluyeron que no estaba loco pues entendió siempre lo que hizo e hizo lo que quiso hacer. Hablaron, además, de su miserable vida. ¿Quién era Aquines? 

Su mamá, Graciela Esther Lara, le daba Valium a los dos años porque la molestaban sus llantos y no la dejaban dormir. Comenzó a inhalar pegamento a los ocho años. A los 10 su padre, Daniel Enrique Aquines, lo echó de casa con el argumento de que no lo podía mantener y que se peleaba siempre con sus hermanos. Ya era alcohólico a los 12 años. Poco después tuvo al primero de sus siete hijos. Cuando cumplió 17 ya se había querido suicidar cinco veces. Fue violado en la calle. La madre le pedía a los jueces de menores que lo mantuvieran preso. “Estábamos esperando algo así; yo sabía que me lo iban a traer muerto o lo iban a meter preso por algún desastre”, afirmó su mamá como si no tuviese nada que ver con Julio. 

Padres de Aquines (izquierda). El asesino a los 15 (derecha)
Hacía un año y cinco días que se habían descubierto en Cipolletti los cadáveres de tres chicas, María Emilia y Paula González y Verónica Villar (un caso impune). Cuando fue el juicio de Aquines, los forenses deslizaron que los asesinatos de los chicos podían interpretarse como un intento del acusado de igualar aquella atrocidad de Cipolletti, no por la brutalidad en sí misma, que para Aquines no habría significado gran cosa, sino por la repercusión. Un modo de “ser alguien” para quien fue tratado siempre como una basura. Lo condenaron a perpetua en 1999. Hoy, en la prisión, nadie cree que tenga remordimiento alguno. Al contrario. El mismo se presenta así: “Julio Aquines, el que mató a los tres nenes en el Limay”.

Share on Google Plus

About Charles Francis

    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios:

Publicar un comentario

Todo lo que puedas aportar para mejorar este Blog será bienvenido. Opiniones, Historias, Fotos, etc. Puedes hacerlo también a mi e-mail: charlesfrancis1953@hotmail.com
Por todo; Gracias.-
Carlos