“Marita fue vendida, drogada y esclavizada en tres prostíbulos”

POR SIBILA CAMPS Lo aseguraron la fiscalía y la querella en sus alegatos. Mañana es el turno de la defensas.

TUCUMAN. ENVIADA ESPECIAL - 04/11/12 Los alegatos de la fiscalía, la querella y la acción civil, que se escucharon esta semana en el juicio contra los 13 acusados de secuestrar y prostituir a Marita Verón, permiten reconstruir buena parte de su calvario.

Hasta ahora, ningún testigo de la defensa permite tampoco sostener hipótesis diferentes. En un tiempo en que los tucumanos eran aún más temerosos que ahora para denunciar a los grupos delictivos allegados al poder, no fueron muchos los indicios y testimonios indirectos que enhebró el fiscal Carlos Sale para determinar que el 3 de abril de 2002 a las 9 de la mañana, María de los Angeles Verón fue secuestrada en la esquina de la casa de su madre , Susana Trimarco. Se dirigía a la maternidad, donde iba a pedir un turno para un estudio; y la única persona que lo sabía, fuera de su compañero y de su madre, era su vecina Patricia Soria, enfermera, a quien los abogados de Trimarco acusaron de entregadora.

En el rapto de Marita participaron tres hombres , uno de los cuales –según la acusación– era Víctor Rivero, quien le dio un culatazo en la cabeza. En qué auto, es uno de los puntos más controversiales, tanto sobre el color, como el modelo; algunos no lo mencionan, y otros sí hablan del logo de la remisería Cinco Estrellas.

La querella y la acción civil afirman que Rivero la llevó a Yerba Buena, a la casa de su hermana María Jesús, quien habría ordenado su secuestro. La mujer ya estaba separada de Rubén “La Chancha” Ale, pero seguía compartiendo la propiedad de la remisería.

Los abogados de Trimarco sospechan que Marita fue drogada y quizá sometida a una fiesta sexual en Alderete (cerca de la ciudad de Tucumán), de donde se escapó. En mal estado deambuló dos días entre Los Gutiérrez y La Ramada, donde fue secuestrada nuevamente por policías y devuelta a sus captores .

Estuvo un tiempo, siempre drogada, en casas de Daniela Milhein y Alejandro González, y luego la llevaron a La Rioja, donde fue vendida a Irma “Liliana” Medina, quien le hizo teñir el pelo y poner lentes de contacto de colores, y la explotó en su burdel Candy.

Como no le rendía el dinero que esperaba, se la revendió a su hijo Fernando “Chenga” Gómez, quien la hizo su esclava sexual favorita en su prostíbulo El Desafío, y le hizo un hijo. Algunas de las siete víctimas de trata que estuvieron cerca de ella en prostíbulos riojanos de la familia Medina–Gómez, la vieron con la misma remera turquesa que vestía cuando la raptaron .

Y concluyeron que estuvo encerrada un tiempo en una celda en El Desafío, de donde la sacaban para ofrecerla a los hombres que pagaban –aunque no siempre– por sexo, entre ellos jueces, funcionarios y policías.

También tuvieron a Marita viviendo en la casa de Gonzalo Gómez, mellizo del “Chenga”. Y continuaron prostituyéndola en el Candilejas, el burdel de Gonzalo. En algún momento del año 2002, cuando arreciaban los allanamientos en la zona roja de la capital riojana en busca de Marita, volvieron a trasladarla empastillada a otra casa de la pareja Milhein–González.

Cuando los tratantes consideraron que la zona estaba de nuevo liberada, la llevaron otra vez a La Rioja. Varias de las jóvenes esclavizadas hablaron de los contactos de la red de trata con Catamarca, San Juan, Río Gallegos, Frontera –en Santa Fe– y España. A partir del testimonio de Andrea D. (menor de edad), la querella y la acción civil creen que allí habría sido llevada Marita a fines de 2003.

Esta semana, los abogados Carlos Varela y José D’Antona, y los fiscales Sale y Manuel López Rougés, desplegaron y relacionaron las pruebas e indicios que consideran suficientes para condenar a los 13 imputados , para quienes en general pidieron fuertes penas.

El primero en refutarlas fue Cergio Morfil, abogado de los hermanos Rivero, contra quienes las pruebas e indicios son más débiles. Mañana será el turno de la defensa de Milhein, González y Humberto Juan Derobertis. Está descontado que, al igual que el resto de los defensores, pedirá la absolución.