Desastres naturales


LAS FUERZAS DEL INTERIOR DE LA TIERRA

Desde la antigüedad, el hombre ha considerado que los movimientos sísmicos y el vulcanismo se encuentran entre los fenómenos naturales más temibles para su vida y sus bienes. Esto se debe a la rapidez de su aparición y a la violencia de las sacudidas que, en segundos, transforman una ciudad en un cúmulo de ruinas.
Se originan por el desplazamiento de las placas de la corteza terrestre, que en sus movimientos de reacomodamiento liberan energía. Esta se transmite por medio de ondas que llegan a la superficie provocando la actividad sísmica u originando manifestaciones volcánicas. Por ello estos proceso se presentan en las zonas de contacto entre las placas.


Los movimientos sísmicos
A fin de perfeccionar la protección antisísmica en el mundo se deben instalar más estaciones sismológicas. También resulta útil la preparación de un mapa de zonas de mayor frecuencia de sismos para poder aplicar las ordenanzas de construcción antisísmica o, por lo menos, métodos simples que permitan reforzar las viviendas existentes. Para ello se necesita la ayuda internacional, sobre todo en los países en desarrollo.

Los observatorios registran más de 100.000 temblores cada año, es decir, un promedio de uno cada cinço minutos, pero no se da el alerta porque la gran mayoría no causa daños a la población. Se consideran riesgosos sólo los movimientos bruscos de mayor intensidad que se producen en la corteza terrestre. Si su epicentro se localiza en los continentes, se los denomina terremotos. Si la sacudida es en los fondos marinos se origina un maremoto, que es una agitación muy violenta de las aguas del mar.El aumento de la población y la tendencia a la concentración urbana en áreas vulnerables a estos fenómenos incrementan los riesgos, especialmente en el cinturón de fuego del Pacífico. Se denomina así al cinturón de volcanes y movimientos sísmicos que rodean a la placa pacífica. En éste, y en menor medida en la cuenca mediterránea , se libera el 80% de energía sísmica total.

La intensidad de los sismos se mide con el sismógrafo y se utiliza la escala de Richter (1 a 9). Indica por medio de ondas la cantidad de energía liberada desde el hipocentro, o sea el foco real del movimiento. Existe otra escala denominada Mercalli modificada, que va de O a 12 y evalúa la intensidad del sismo de acuerdo con los daños causados. Los terremotos destructivos son aquellos que registran una intensidad de grado 8 a 10, pero el daño provocado depende en gran parte del desarrollo económico de la región, de acuerdo con la calidad de los materiales de construcción utilizados.

Los tsunamis
Los tsunamis se originan, generalmente, por el desplazamiento de placas de la corteza terrestre en el fondo marino. También se pueden presentar por la caída de meteoritos. Se los ha registrado en todos los océanos, aunque la mayoría de ellos se presentan en el Pacífico. El tsunami de 1896 en la costa japonesa de Sanriko, levantó olas enormes que arrasaron el litoral a lo largo de más de 1.000 kilómetros, y ocasionaron la muerte a más de 27.000 personas.

El fenómeno es registrado por los sistemas de detección y alerta con bastante anticipación, lo que permite transmitir la información a la población. Estados Unidos tiene colocado un sistema de alerta permanente contra los tsunamis en Honolulu (islas Hawai) y controla toda la cuenca del Pacífico.

La potencia destructora de los tsunamis se debe a la velocidad con que se desplazan (alrededor de 800 km/h), y a la altura que puede alcanzar la ola cuando impacta contra las costas (de 20 a 30 metros), por lo que son muy peligrosas para las poblaciones que allí residen. Al avanzar sobre el continente socavan edificios, puentes, arrastran autos o embarcaciones, etcétera.
Entre los países más afectados por los tsunamis se encuentra Japón debido a la alta densidad de población que habita en las zonas costeras bajas. Por este motivo se construyeron rompeolas a la entrada de las bahías y puertos, además de realizar plantaciones de pinos. Todas estas medidas son simples paliativos, porque la fuerza que hay detrás de estas olas es muy difícil y costosa de contrarrestar con medidas de ingeniería.

Vulcanismo
Como se forma un volcán
Más de un 10% de la población mundial puede sufrir una catástrofe por vulcanismo. Se calcula que en lasuperficie terrestre hay alrededor de 1.500 volcanes potencialmente activos, dc los cuales alrededor de 500 entraron en actividad en el curso ¿el siglo XX y cerca de 70 continúan en actividad, aunque son muy escasos los que entran en erupción.

La erupción del volcán, o sea, el derrame de lava incandescente (entre 9000 C y 12000 C), arrasa con todo lo que encuentra a su paso y provoca graves incendios. Cuando la lava se enfría, se solidifica y forma las rocas ígneas. La superficie terrestre queda petrificada y tarda muchos años en volver a formarse sobre ella la capa de suelo donde el hombre pueda practicar la actividad agrícola-ganadera o forestal. Por ejemplo, se calcula que tardó aproximadamente 50 años la recuperación de la flora y la fauna en la isla Krakatoa, en Indonesia, cuando el volcán homónimo entró en 1883 en erupción y su lava la cubrió por completo.

También se pueden presentar fenómenos anteriores o posteriores a la salida de lava, como la liberación de gases tóxicos, la diseminación de cenizas volcánicas, ríos de agua caliente y aluviones de barro que se presentan por el derretimiento de las nieves del cono volcánico. Por dichas razones se evita el asentamiento de población en estas áreas. Ejemplo de ello fue el volcán El Nevado del Ruiz, en Colombia. Cuando entró en erupción, la noche del 13 de noviembre de 1985, derritió la capa de nieve que tenía en su cráter por lo que el agua y posteriormente la lava ocuparon los cauces de los ríos y avanzaron a una velocidad de alrededor de 30 Km./h sobre las ciudades de Armero y Chinchina. Causó alrededor de 25.000 muertos, más de 5.000 heridos y la destrucción de aproximadamente 6.000 viviendas.

Otro caso preocupante es el del volcán Popocatépetl, en México, que comenzó su actividad en el año 1994 y amenaza a más de veinte millones de personas que viven en 100 km a la redonda.
En el encuentro de la Unión Geofísica Americana, en 1998 en Estados Unidos, un equipo de vulcanólogos de Hawaii presentó un sistema de alerta denominado Hot Spot (Punto caliente) porque localiza las anomalías térmicas por medio de colectores infrarrojos. Este sistema se basa en la observación permanente de doce puntos volcánicos ubicados en el océano Pacífico, en las islas Hawaii, en las islas Galápagos, en la isla de Monserrat, en el norte de Chile y en México.

La información es tomada por dos satélites geoestacionarios de estudio del medio ambiente (GOES), que pertenecen a la Agencia Norteamericana de Observación Oceánica y Atmosférica (NOAA). Los registros llegan a los científicos de los observatorios terrestres, vía Internet, en minutos, lo que permite transmitir la alarma a la población con algunas horas de anticipación.

DESASTRES POR CAUSAS METEOROLÓGICAS
El comportamiento de la troposfera, bajo ciertas circunstancias, alcanza condiciones extremas. Esto puede materializarse en distintos desastres naturales: inundaciones debido al exceso de precipitaciones, sequías debido a la falta de lluvias de manera irregular (coincidiendo en algunas ocasiones con olas de calor). En otros casos, las olas de frío llegan a causar nevadas extraordinarias, heladas tardías y pérdidas económicas, especialmente en el sector agrícola. Las granizadas, por su parte, forman parte de los desastres por causas meteorológicas.

Todos estos fenómenos impactan de manera considerable sobre la economía de los países, las nevadas bloquean los caminos, principalmente en las zonas montañosas ubicadas a una altura considerable, como los Alpes y los Andes argentino-chilenos, causan la mortandad de animales que mueren de frío y de hambre, al quedar cubiertas las pasturas por la nieve. Esto último afecta sobre todo a los países en desarrollo, ya que no se practica la cría de galpón.

Las inundaciones
Las catástrofes naturales más frecuentes son las inundaciones. Éstas se originan por lluvias torrenciales o por deshielos. Producen una serie de

En 1996, se produjo una de las inundaciones más recordadas por los daños que causó en Florencia (Italia). Debido a lluvias torrenciales el río Arno, que la atraviesa, aumentó su caudal y su velocidad (alrededor de 130 km/h), salió de su cauce e inundó gran parte de Florencia. En esta inundación no sólo hubo que lamentar las personas que quedaron sin techo y otros daños económicos, sino también las pérdidas que sufrió la cultura, pues las aguas y el barro entraron a los museos y dañaron más de un millón de cuadros y otros objetos de arte
consecuencias como la perturbación de la economía de la región (sobre todo si es agrícola porque, cuando el agua se retira, arrastra la capa fértil del suelo. Otra consecuencia es la contaminación de los suelos y las napas freáticas, poniendo a la población en riesgo de epidemias.

Otro desastre meteorológico es el aluvión de barro. Se produce cuando las lluvias se tornan torrenciales y caen en áreas con pendientes pronunciadas, destruyendo todo a su paso. Ello es lo que ocurre en el litoral brasileño, donde los aluviones que descienden de los morros suelen arrasar las villas de emergencia (favelas)

En nuestro país, la inundación de mayo de 1998 fue considerada la mayor catástrofe de este tipo del siglo XX. Afectó a un tercio de las provincias argentinas situadas a orillas de los ríos Paraná y Paraguay. Las ciudades de Resistencia (Chaco) y Goya (Corrientes) fueron las más afectadas. La inundación de 1999 afectó una de las zonas agrícolas más productivas del país, comprendida por el noroeste de Buenos Aires, nordeste de La Pampa y el sur de Córdoba.

Así también, en abril del año 2003 la provincia de Santa Fe se vio sumergida en lo que se denominó crisis hídrica. Esta inundación fue provocada por el desborde del río Salado que afectó de manera rotunda las actividades y provocó perdidas considerables. El riesgo mayor lo padeció la ciudad de Santa Fe que llegó a tener casi el 70% de su área de ocupación inundada. Incluso, en el año 2007, a causa de precipitaciones torrenciales, la ciudad de Santa Fe también se vio expuesta a inundaciones considerables que afectaron nuevamente las actividades y causo perdidas materiales.

Estos fenómenos climáticos deben observarse en el contexto del recalentamiento global, producto de la contaminación del planeta por más de un siglo.

Las sequías
Como primera cuestión, es necesario distinguir aridez de sequía. La aridez es una condición permanente y las sociedades que viven en los desiertos se han adaptado a ella, realizando las obras necesarias para suplir la falta de agua. Por el contrario, la sequía es un fenómeno circunstancial o esporádico que provoca un desastre.
A diferencia de los demás fenómenos naturales, las sequías suelen ser prolongadas y de mayor alcance, por lo que el daño ocasionado a largo plazo es mayor. Las consecuencias alcanzan a todos los aspectos de la vida. Se pueden destacar:
• falta de agua potable, por la disminución del caudal de ríos y arroyos y el agotamiento de las napas freáticas;
• hacinamiento en las ciudades: éxodo rural a causa de la muerte del ganado por sed y hambre por falta de pasturas. Además, el viento provoca la voladura de los suelos arrastrando su capa fértil;
• crisis económica, el ganado adelgaza por falta de pasturas y baja su precio en el mercado. Además, su debilidad lo hace más vulnerable a las epidemias. También se elevan los precios de los alimentos al perderse las cosechas;
• aumenta la frecuencia de incendios, al elevarse la temperatura y la aridez.
Una de las sequías más importante se registró en El Sahel (África) entre 1969 y 1973. Afectó al sur del desierto del Sahara y produjo un aumento de su superficie (en Mauritania, Senegal, Malí, Burquina Faso y Chad). Además, murieron más de 200.000 personas de hambre y la mayor parte de los campesinos tuvieron que emigrar por las pérdidas de las cosechas y la muerte del ganado.

Los tornados y los huracanes
Se pueden distinguir dos tipos de vientos fuertes: el tomado y el huracán.
Por un lado, los tornados son tormentas que pueden alcanzan una velocidad de hasta 500 km/hora. Se desplazan sobre los continentes entre los 200 y 500 de latitud en ambos hemisferios, formando una veloz corriente ascendente de aproximadamente 250 m de diámetro. Si los mismos se producen sobre las aguas marinas, se llaman trombas y representan un serio peligro para la navegación.

En este sentido, entre los tornados más recientes se destaca el que se produjo en EEUU en mayo de 1999. Consistió en una serie de 59 tornados, que, uno detrás de otro, devastaron inmensas áreas de la planicie central, ocasionando la perdida de viviendas a miles de familias. El tornado más fuerte alcanzó un diámetro de un kilómetro, y una velocidad superior a los 200 km/hora.
Por otro lado, el huracán tiene distintos nombres según la región: se lo llama ciclón tropical en el Caribe, tifón en el Índico y mar de Japón, baguío en Filipinas y willy-willy en Australia.

Los huracanes son violentas perturbaciones que se producen en la troposfera. Se originan por una baja presión atmosférica (de hasta 900 hPa) y giran en forma de espiral alrededor de su centro (ojo del huracán). Por lo general, son acompañados de vientos de hasta 300 km/h, por trombas de agua (hasta 2.000 litros por m2 en un día), embravecimiento del mar y tormentas eléctricas.

Los huracanes se desplazan hacia el oeste, girando luego hacia el norte o hacia el sur cuando penetra en los continentes. Se originan sobre los océanos, entre los 50° y 20° de latitud, cuando la temperatura de las aguas oceánicas es de 270°C o aún mayor. Los vientos que alcanzan velocidades de 200 km/hora rotan en círculos de 500 a 1.800 km. de diámetro, durante varios días o incluso semanas. Hay que considerar que al llegar al continente produce inmensos oleajes que se abaten sobre las costas, provocando efectos destructivos. Si bien la velocidad del viento aminora a medida que llega a tierra firme, las lluvias que se originan pueden causar inundaciones.

Un huracán muy devastador fue el Mitch, en 1998. A su paso por Centroamérica dejó alrededor de 30.000 muertos y desaparecidos, y cuantiosas pérdidas económicas, ya que destruyó viviendas, puentes, caminos y gran parte de las plantaciones de café y plátanos. Hay que considerar también el grado en que estas sociedades se ven afectadas por esta clase de fenómenos. Por lo general en Centroamérica los países son monoproductores (es decir centran su actividad productiva en un sólo producto que es primario).

Cuando estos fenómenos climáticos provocan daños severos se produce lo que a nivel internacional se denomina “catástrofe humanitaria”. Ante ello, los organismos internacionales como la ONU (Organización Mundial de las Naciones Unidas) se movilizan de inmediato, como así también los países vecinos y los desarrollados, para proporcionar ayuda.

Los desastres se presentan con más asiduidad en los países periféricos. De todos modos, los países desarrollados se encuentran siempre involucrados, porque son los responsables de otorgar créditos a los gobiernos damnificados, para que puedan reconstruir la infraestructura mínima para la población y reactivar su aparato productivo.

Share on Google Plus

About Charles Francis

    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios:

Publicar un comentario

Todo lo que puedas aportar para mejorar este Blog será bienvenido. Opiniones, Historias, Fotos, etc. Puedes hacerlo también a mi e-mail: charlesfrancis1953@hotmail.com
Por todo; Gracias.-
Carlos