Llamado en varias oportunidades como el penúltimo dictador, Augusto Pinochet es conocido mundialmente por ser uno de los tantos represores cuyo régimen sacudió a Sudamérica, y que a pesar de ser el responsable de miles de muertes, jamás fue alcanzado por la mano de la justicia terrenal y procesado por su responsabilidad en dichos crímenes.
Durante el siglo XX, toda Sudamericana debió enfrentarse a las más fuertes y rígidas dictaduras militares en los distintos países que conforman la región, siendo uno de ellos Chile, nación que estuvo durante años bajo el mando implacable del general Augusto Pinochet.
El dictador chileno había nacido el 25 de noviembre de 1915 en la ciudad de Valparaíso, República de Chile, dentro del seno de una familia de clase media, siendo su padre Augusto Alejandro Pinochet Vera, que se desenvolvió como empleado de la firma Williamson Balfour, funcionario de una sociedad aduanera y bombero, y su madre Avelina Ugarte Martínez, con una fuerte educación cristiana.
Desde muy joven, Augusto demostró su interés por realizar una carrera militar, a la par que mantenía una fuerte inclinación por la política de su país y de la región sudamericana. Por ello, a los diecisiete años decidió ingresar a la Escuela Militar del país.
Durante cuatro décadas, el joven Augusto se convirtió en un adulto consagrado por completo a la actividad castrense, ascendiendo en el escalafón hasta convertirse en general, y posteriormente en Comandante en Jefe del ejército chileno, hecho que se produjo precisamente el 23 de agosto de 1973.
Sólo le bastaron diecinueve días en dicho cargo para lograr organizar y ejecutar un golpe de Estado al gobierno de su país, contienda durante la cual perdió la vida el entonces Presidente de la República, el socialista Salvador Allende, y dio lugar a que Augusto Pinochet accediera al poder.
Apenas asumido su mandado, Pinochet tomó la decisión de disolver el Congreso, prohibir los partidos políticos y restringir los derechos civiles de los ciudadanos chilenos, instaurando de esta manera una profunda y rígida dictadura militar.
Fue a partir de aquel momento que Pinochet gobernó su nación desplegando todo el poderío militar que atentaba y violaba los derechos de su pueblo, llevando adelante una de las más cruentas represiones generalizadas contra los miembros de la Unidad Popular, compuesta por el conjunto de partidos de izquierda que habían sido liderados por Allende.
Para perseguir y hacer callar las voces de quienes pensaban diferente a su régimen, Pinochet decidió crear la llamada DINA, siglas de Dirección de Inteligencia Nacional, que básicamente consistía en una policía secreta cuya misión era llevar a cabo la detención, la tortura y la posterior desaparición de aquellos que eran considerado enemigos del Estado.
Mientras Chile transitaba por uno de los momentos más terribles de su historia, el mundo permanecía ajeno al horror, o mejor dicho indiferente ante los sucesos diarios que ocurrían dentro de la nación sudamericana.
Debieron pasar varios años para que finalmente se dieran a conocer los verdaderos sucesos que permanecieron en la oscuridad, demostrando el calvario que debieron afrontar los ciudadanos chilenos.
Hoy escuchamos impresionados las distintas historias que circulan en relación a la llamada Caravana de la Muerte, y los muchos homicidios y crímenes de lesa humanidad cometidos durante el gobierno de facto, que acalló la voz de más de tres mil ciudadanos chilenos, entre muertos y desaparecidos, de acuerdo a las cifras oficiales.
Pinochet logró mantenerse en el poder durante casi dos décadas, hasta que en 1988 fue derrotado y destituido a través de la creación de un plebiscito que él mismo había generado con el objetivo de lograr mantenerse democráticamente en el poder.
No obstante, dos años más tarde, Pinochet debió entregar su cargo de Presidente de la Nación a Patricio Aylwin, que fue elegido legalmente durante los comicios, y tan sólo diez años después el dictador fue nombrado senador vitalicio, con lo cual obtuvo la impunidad total de su responsabilidad en los crímenes que cometió durante su dictadura.
Recién en el año 1998 la justicia decidió que ya era tiempo de hacer pagar por sus crímenes al brutal dictador, y a través de una orden internacional emitida por el juez Baltasar Garzón, Pinochet fue condenado a arresto domiciliario, debido a su edad, el cual cumplió en su casa de Gran Bretaña, país en el que permanecía exiliado.
Finalmente el 2 de marzo de 2000, luego de un largo proceso, el Ministro del Interior británico decidió concederle la libertad debido al mal estado de su salud, y el dictador regreso a Chile, donde comenzó un nuevo proceso judicial que permanentemente se vió interrumpido por los trucos legales improvisados por sus costosos abogados.
La justicia de los hombres pareció no poder hacerse cargo de la decisión de castigar a quien durante su vida se dedicó a ser el verdugo de miles de ciudadanos chilenos.
Sin embargo, la justicia divina hizo que el 10 de diciembre de 2006 le llegara la muerte, precisamente la jornada en que se conmemora el Día Mundial de los Derechos Humanos.
Si quieres conocer más sobre Pinochet, te recomendamos la lectura del libro titulado "Pinochet: los archivos secretos" de Peter Kornbluh, y ver la película "La ciudad de los fotógrafos" dirigida por Sebastián Moreno.
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