Exseminarista acusó a Karlic, Puiggari y Maulión de haber sido cómplices de Sacerdote pederasta Justo José Ilarraz

En uno de los casos, una de las víctimas que vive en el exterior y que aún no declaró ante la Justicia, contó al quincenario Análisis: “Una noche mientras dormía, se acercó Ilarraz metiéndose en mi cama y tapándose bajo las sábanas. Yo estaba boca arriba, me preguntó cómo estaba y en su forma particular de mostrar afecto comenzó a acariciar mi estómago por debajo del ombligo, muy suavemente, al punto de la excitación. (…) Me dio un beso en la boca y quedé paralizado. No podía moverme, no sabía qué hacer, tampoco podía gritar. Metió su mano por mi calzoncillo, la deslizaba de arriba hacia abajo, me masturbaba. Después agarró mi mano y la puso en su pene, me enseñaba a hacérselo a él. Metió su lengua en mi boca, su barba me raspaba mucho, como si me quemara, me dijo que sacara la mía y lo besara, me enseñaba a besar con lengua…”.

El abuso se repetía idénticamente otras noches: “Llegaba, me besaba, me masturbaba, hacía que se lo hiciera a él y se iba. Para entonces encontré un método de defensa para que se fuera: eyaculaba rápido, él me decía que aguantara, y yo trataba de irme antes. Las consecuencias que trajo esto para mi vida en mi adolescencia y sexualidad fueron nefastas”.

Además relató que en otras oportunidades lo invitaba a ir a su habitación a la hora de la siesta y allí repetía los mismos actos de pedofilia sobre el adolescente.

En otro tramo agregó: “Descubrí las entradas de monseñor (Estanislao Esteban) Karlic con monjas, acompañado del cura Ilarraz, a la pieza del prefecto (Juan) Puiggari una vez a la semana, generalmente los miércoles o viernes en las noches. Nadie sabía qué hacían ahí dentro; mi cabeza suponía muchas cosas, pero la verdad la saben sólo ellos”.

Al finalizar, relató las graves secuelas que esos abusos dejó sobre su personalidad y su sexualidad y remató: “Me alejé de la Iglesia, detesto a los curas y a la religión. Lo que sí me queda claro es que Karlic, Puiggari y luego monseñor (Mario) Maulión fueron cómplices de las perversidades del cura Ilarraz y a mí me cagaron la vida para siempre”.

Por otra parte, un exseminarista que denunció al cura Ilarraz por abuso dijo al diario Clarín: “Cuando pasabas a la habitación del cura, uno sabía que ahí él se bañaba con sus ‘amigos’, que los acariciaba y que les tocaba los genitales. Y eso lo sabían las autoridades de la Iglesia”. Se trata del primer testigo en la causa por “corrupción de menores agravada” en la que se investiga la conducta del sacerdote que fuera prefecto del Seminario Menor de Paraná entre 1984 y 1992.

“Uno no pensaba que él pudiera hacer algo malo. Para nosotros era como (Lionel) Messi. Todos lo imitábamos, copiábamos sus gestos, sus movimientos, y pensábamos que lo mejor que podía pasarnos era ser como él”, indicó S.D.

El exseminarista advierte que “algunos compañeros fueron abusados, pero se niegan a hablar, supongo que por vergüenza”. Y en varios pasajes de la entrevista aseveró: “Yo hablo porque no fui penetrado”. Y decidió ir a la la Justicia cuando sintió que “era una obligación defender a quienes ni siquiera conozco, pero que pueden pasar por esta situación”.

En 1993, lo convocaron desde la Iglesia para conocer su versión sobre la conducta del sacerdote y lo que le había provocado su accionar. “Me recibió (Juan) Puiggari, me pidió que escribiera y me dejó solo en una sala. Pero nadie me explicó qué iban a hacer con eso”, afirmó. Puiggari, que por entonces era prefecto del Seminario Mayor y recibió las primeras denuncias contra Ilarraz, actualmente es el arzobispo de Paraná.

S.D. contó que junto a otro exseminarista lo fueron a ver otras tres veces: dos en 2011 y la última en febrero pasado, para pedirle que apartara a Ilarraz y lo denunciara ante la Justicia. “Nos dijo que lo habían mandado a Roma como castigo, que había tenido un brote temporal y que ya no ocurriría más”, rememora.

Fuente: http://www.unoentrerios.com.ar/laprovincia/Victimas-del-cura-Ilarraz-contaron-detalles-de-sus-perversidades-20120927-0039.html Editorial para Protege a tus Hijos Bogotá, Colombia