Edison Peña

Edison Peña habla a un año del rescate y enfrenta su "lucha entre Dr. Jekyll y Mr. Hyde"
El minero fanático de Elvis Presley se rehabilita del consumo de alcohol y drogas: "Iba en un vehículo que tenía solamente acelerador".

Santiago.- Luchó contra la mina que lo sepultó bajo tierra por casi 70 días y, un mes después, corrió la maratón de Nueva York ante voces que coreaban su nombre.

Pero el desafío de Edison Peña, uno de los 33 mineros rescatados hace un año en Chile, ahora es distinto: mantener controlado al oscuro "otro yo" que lo llevó a las drogas y al alcohol tras salir a la superficie el año pasado.

En terapia psiquiátrica para dejar atrás sus fantasmas, el minero fanático de Elvis Presley está a cientos de kilómetros de las celebraciones del jueves por el aniversario del rescate que lo sacó del encierro, volviéndolo protagonista de uno de los mayores hitos de supervivencia bajo tierra.

Su trabajo ahora es vivir con lo que él llama su "verdadero yo", aquel que quedó olvidado durante los meses posteriores al accidente, cuando al estrés postraumático que vivieron abajo se sumó la presión adicional de enfrentarse a cámaras, invitaciones y periodistas en todo el mundo.

"El otro (Edison Peña) era solamente un títere de no sé qué, del medio, iba en un vehículo que tenía solamente acelerador", dijo el minero de 35 años en una entrevista con Reuters a la que fue acompañado de su psicóloga.

"(El otro yo es como) un gorila, con todo el respeto que merece el gorila (...) sin razón, sin horizonte, sin límites", agregó Peña, quien describe el tener que enfrentarse a ese costado de su personalidad como "una lucha entre Dr. Jekyll y Mr. Hyde".

Al igual que sus otros compañeros, Peña fue invitado a viajar a sitios como Disneyland, Tierra Santa o Grecia y fue buscado por medios de todo el mundo.

Recibió un homenaje en Graceland, la mansión de Presley en Estados Unidos, e imitó a su ídolo en el show de David Letterman. También corrió maratones en Tokio y Nueva York, donde carteles que decían "Go Edison" le daban ánimo.

Pero en el medio de los viajes, las entrevistas y las actividades, Peña recurrió al alcohol y a las drogas.

"Un poco eran calmantes de la adrenalina (...) Intentaba calmarme pero esa no era la manera", apuntó Peña, quien decidió internarse por un mes y medio en una institución psiquiátrica al darse cuenta que "lo estaba perdiendo todo".

"Ese otro yo a veces quiere salir (...) Ojalá que no (me agarre de nuevo), vamos a tratar de dejarlo ahí escondido en un baúl", relata en un café en Santiago, lejos de Copiapó, la ciudad más cercana a la mina del accidente, donde una misa y homenajes conmemoran el año del rescate.

"ESE HUEVON SOY YO"

La historia de supervivencia de Peña y sus compañeros comenzó el 5 de agosto del 2010 con un derrumbe que sacudió las profundidades del yacimiento San José, en el norte de Chile.

Los operarios pasaron más de dos semanas incomunicados y racionando pequeñas porciones de pescado y agua a 700 metros bajo tierra. Pero luego una sonda los encontró y por semanas mantuvieron en contacto con el mundo a través de un "cordón umbilical" que les llevó comida, juegos y medicinas.

Durante ese tiempo, Peña decidió hablarle a la mina.

"Le dije ’ahora me soportas a mí. Ahora me vas a tener que ver tú a mí’ (...) Le di como la guerra al encierro y eso después lo vi en ’Daylight’", indicó Peña, en referencia a la película de 1996 protagonizada por Sylvester Stallone y en la cual los personajes quedan atrapados en un túnel.

"El (Stallone) le habla al encierro y yo dije ’ese huevón soy yo’", apuntó Peña, quien usó sus dotes de imitador para representar al actor estadounidense en un diálogo del filme.

Al salir de la mina, los mineros recibieron regalos, dinero y ofertas millonarias para contar su historia en libros y películas en Hollywood. Pero son pocos los que lograron obtener ganancias y varios aún están desempleados.

Peña dice que volver a trabajar es una "obligación" para él y se imagina realizando arreglos eléctricos o trabajando en una mina, pese que ha dicho que su mayor temor es vivir un accidente igual al que lo sepultó bajo tierra y lo convirtió en una persona distinta, tal vez para siempre.

"El de antes era otro. He escuchado de gente muy cercana que me dice que Edison se quedó allí abajo. Parece que algo quedó allí adentro", agregó.